El Chagas persiste en Tarija y el Chaco es la región más golpeada

Aunque la ciencia ha avanzado y los programas de salud pública han llegado hasta los rincones más alejados del país, la enfermedad de Chagas continúa siendo una amenaza en el departamento de Tarija. Más aún, en la Región Autónoma del Chaco, donde la vinchuca —insecto transmisor del parásito Trypanosoma cruzi— sigue encontrando condiciones ideales para multiplicarse y poner en riesgo a la población.
Según datos del Programa de Chagas, dependiente del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Tarija, la prevalencia de la enfermedad varía según la zona geográfica. Mientras en los valles centrales se reportan bajos niveles de infección —menos del 20%—, en el Chaco la situación preocupa, con comunidades donde más del 50% de los habitantes está infectado.

“Es decir, no se ha logrado bajar los índices de infestación a menos del 3%, por lo tanto, son los municipios del Chaco los más problemáticos”, mencionó el responsable del Programa de Chagas, Eduardo Rueda, dejando ver que esto implica que la vinchuca sigue presente en viviendas y zonas rurales, lo que mantiene activa la transmisión.
El Chagas es una enfermedad conocida por su capacidad de permanecer sin síntomas durante años. Muchos portadores desconocen que están infectados hasta que las consecuencias se hacen visibles, principalmente a nivel cardíaco o digestivo.
Rueda afirma que el programa de atención a pacientes con Chagas está presente en todos los municipios del departamento. Sin embargo, admite que las condiciones socioeconómicas y la falta de acceso a servicios básicos dificultan el control vectorial en varias zonas rurales, sobre todo en comunidades dispersas del Chaco.
Explica que este comportamiento “silencioso” de la enfermedad representa un reto para el sistema de salud, que si bien ofrece el diagnóstico y tratamiento de manera gratuita, aún enfrenta barreras estructurales y culturales para llegar a todas las personas que lo necesitan.
Información que maneja el Ministerio de Salud, da cuenta que en Bolivia hay 2.172.371 personas infectadas de Chagas, casos que están distribuidos en tres regiones endémicas, los valles interandinos, el Chaco y la Amazonía.
Según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la enfermedad del Chagas representa un problema de salud pública en Bolivia. La tasa de incidencia de Chagas crónico más alta durante los últimos años fue la registrada en 2016 (53,7 x 10.000 habitantes). En 2020 se registró una tasa de 47,5 x 10.000 habitantes.
Durante el 2017 se registró la tasa de transmisión materno-fetal de Chagas más alta (1.5 x 100 mujeres gestantes positivas a Chagas), luego se evidenció un descenso progresivo hasta el año 2020, cuando se registraron valores por debajo de los esperados. En 2019 se certificaron como libres de transmisión vectorial intradomiciliaria del Chagas, a 19 municipios y se recertificaron 44 más (de un total de 340 municipios en Bolivia).


