Inflación acumulada llega a 18,33% en septiembre, la cifra más alta desde 1987

El Instituto Nacional de Estadística (INE) sorprendió este jueves al publicar los datos de inflación correspondientes a septiembre de 2025, que registran una variación mensual de 0,20%, cifra que representa menos de la cuarta parte de la reportada en agosto. La inflación acumulada llegó a 18,33%, apenas 0,24 puntos porcentuales más que el mes anterior.
Pese a la desaceleración, el economista Fernando Romero advierte que la inflación acumulada de septiembre es la más alta de los últimos 40 años, al comparar con los registros históricos de 1987 a 2024. Además, remarcó que se trata de la inflación más elevada desde que gobierna el socialismo en Bolivia.

Romero explicó que estadísticamente se observa una desaceleración en el ritmo inflacionario entre julio y septiembre de este año: “En apenas tres meses, la inflación acumulada creció solo 1,41 puntos porcentuales, lo que muestra un freno en la velocidad del alza de precios”.
Por división, los aumentos fueron bajos: alimentos y bebidas no alcohólicas (0,30%), alimentos consumidos fuera del hogar (0,84%) y salud (0,80%). Llamaron la atención las caídas en transporte (-0,08%) y recreación y cultura (-1,08%).
Sin embargo, Romero cuestionó que las cifras oficiales no reflejan la realidad que perciben las familias y las empresas: “La sensación en el bolsillo es totalmente distinta. Las estadísticas del INE distan bastante de la economía real”, señaló.
El economista enfatizó que en los últimos meses no se aplicaron medidas estructurales para contener la inflación, pese a factores que siguen presionando la economía: escasez de dólares, falta de carburantes, exceso de dinero en circulación, especulación, baja producción nacional y expectativas inflacionarias.
Romero subrayó que el próximo gobierno tendrá el reto de controlar la inflación para evitar una mayor devaluación del boliviano y la pérdida del poder adquisitivo de la población. Para ello recomendó implementar medidas monetarias y cambiarias sostenibles, como reducir la oferta monetaria, alinear los tipos de cambio del dólar y garantizar el abastecimiento oportuno de diésel y gasolina.


